domingo, 26 de enero de 2014

Presentación y vida de mi garbanzo :-)


¡Hola, soy Estelwen Ancálimë! Tal vez me recuerden de blogs como La Luz de Valinor (también conocido como "¡wee, una nueva crítica de Juego de Tronos!", "meh, otra crítica literaria", o "esta tía no se calla sus opiniones políticamente incorrectas ni debajo del agua". Por supuesto, si no lo conocéis aún, estáis invitados a pasaros por allí y uniros a mi ferviente ejército de enemigos seguidores, pero este blog en concreto no va de eso. No lo he creado para hablar de frikadas, ni de política, ni de cine/literatura/rol, etc. Lo he creado exclusivamente para que sea una ventanita abierta al mundo desde la que hablar de lo más importante que ha sucedido en el mundo desde que Peter Jackson decidió filmar la trilogía de El Señor de los Anillos: ¡mi próxima maternidad! :-)

Todo sucedió una sexy y alocada noche de principios de Septiembre... no, esperad, mejor nos saltamos esa parte. Vayamos directamente al día 27 de Septiembre de 2013, a las siete y pico de la mañana. Un viernes cualquiera que habría sido un día ordinario de no ser porque antes de que mi señor esposo se fuera a trabajar me hice el test de embarazo, ¡y salió positivo!
No es que fuera exactamente una sorpresa, porque estábamos buscando el embarazo, yo llevaba un retraso en la regla de una semana, y además estaba comenzando a notar los pechos extrañamente sensibles, ante lo cual mi madre ya dio el veredicto ("¡estás preñada, seguro!"), y más o menos ya nos lo esperábamos cuando me hice el test. Aún así, fue una alegría enorme.

Breve resumen de lo acontecido hasta la fecha:

-Lo primero, llamar por teléfono a mi ginecólogo (es de seguro privado), que lleva siendo el mismo desde que me vino la primera regla a los 12 años, es amigo de la familia y me conoce de toda la vida. Me dio cita para un par de semanas más tarde, lo que vendría a ser la séptima semana de embarazo. Hasta entonces, el plan era decírselo a mis padres, a mis suegros, a nuestros hermanos respectivos, y a nadie más por si acaso, pero mi adorado padre se fue de la lengua y acabó contándoselo a media Valencia.

-Primera ecografía, la de las siete semanas. ¡El embrión es viable! En el ecógrafo sólo parecía una diminuta habichuelita, casi sin forma, pero ya pudimos escuchar los latidos de su corazón. Admito que se me llenaron los ojos de lágrimas.

-Uy, pues parece que empiezo a tener náuseas... y una desconcertante falta de apetito. No pasa nada; el médico me recetó un medicamento especial y pude tener las náuseas controladas durante todo el primer trimestre.

-Me siento cansadíiiisima, y necesito dormir varias horas más que antes. Según me explicaron, eso de sentirte de repente como una seta es bastante normal en el embarazo. Pues para ser tan normal, no se lo había oído antes a nadie...

-Segunda ecografía, la de la semana 12. Todo seguía bien. Pudimos ver ya la formita de bebé del feto. Por estas fechas tocó hacerse el famoso screening del primer trimestre, que básicamente consiste en una ecografía especial y un análisis de sangre, que combinados revelan si el feto corre riesgos de presentar alguna malformación o alteración cromosómica. Afortunadamente, los análisis salieron bien :-)

-Se me fueron desarrollando manías alimentarias raras: por ejemplo, aborrecí completamente los plátanos, que siempre me han encantado, y descubrí además que el bebé es fan de la comida sana, porque también he aborrecido los fritos, los rebozados, los gratinados, y todo tipo de comida aceitosa y grasienta. Me basta ver un calamar a la romana, una croqueta o una empanadilla frita para sentir náuseas. De hecho, las dos únicas vomitonas que he tenido hasta ahora han sido por comer pescadito frito y por comer pimiento verde frito en un bocata, respectivamente (puaj, me estoy poniendo mala sólo de escribirlo). ¿Consecuencias? En cinco meses de embarazo, he engordado menos de dos kilos, y todo el mundo que me ve dice que de cara y piernas estoy más delgada ^^

-Ecografía de la semana 20. Muy importante porque sirve para analizar en profundidad los rasgos faciales y todos los órganos y descartar malformaciones y anomalías varias. Todo perfecto también. Y yo, muy feliz. Nos confirman el sexo del bebé, ¡¡es una niña!! Luego me enteré de que el muy pillín de mi ginecólogo ya había anotado "sexo femenino" en mi historial en la ecografía de la semana 12, pero no me lo quiso decir porque aún era pronto y no estaba seguro del diagnóstico.

Y de momento, eso es todo. La verdad es que hasta ahora no me puedo quejar; no tengo casi ninguna molestia, las náuseas y el sueño exagerado del primer trimestre han desaparecido, y salvo unas hemorroides algo molestas y una niña a la que le encanta patearme la vejiga y hacerme salir corriendo hacia el cuarto de baño a las cuatro de la mañana, todo va más que bien. Esperemos que siga así.
Como estoy en la semana 22, la siguiente parada es hacerme el famoso test de O'Sullivan, para controlar la glucosa y asegurarnos de que no tengo diabetes gestacional. ¡Seguiremos informando!

3 comentarios:

  1. ¿¿¿¿Como que te has saltado la parte de la noche alocada!!!! pero si lo del predictor es lo que conocemos todas, lo de una noche alocada con el rey brujo queremos crónica.
    Coñas aparte, lo del sueño es muy normal, mi teoría es que hay que acumularlo para cuando salga la pequena y no te deja dormir.
    Segundo, si sólo te patelea la vejiga y te hace salir corriendo a las cutro de la mañana es que eres una elegida, normalmente sales corriendo a las diez, a las once, a las doce, a la una, a las dos.....
    Tercero, lo de no confirmarlo si creen que es chica tan pronto es que en ocasiones se ha creido una cosa y mira por donde no se le veía bien el pilindrín, como una compañera de trabajo que tenía el nombre, el cuarto rosa, los pijamas rosas, la ropita y el tapetito bordado, con bebito rosa of course, y el nombre de la chica y en el parto resultó que la niña salí con pilindrín incorporado y padres ojipláticos.
    Seguiremos esperando los partes.

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  2. Jajaja, bueno, en realidad me patea la vejiga a todas horas (y no siempre puedo llegar a tiempo al cuarto de baño, ains), pero a las cuatro de la mañana es cuando más molesta, la verdad. Más que nada porque luego me cuesta un montón volver a dormirme.

    Lo de el sexo, la verdad, me parecería raro que acabase siendo chico, porque ya son tres ginecólogos diferentes los que me dicen que parece una niña: la que me hizo la eco de la semana veinte (aunque lo dijo con reservas porque era muy prontito), mi ginecólogo en la semana 17, y el ginecólogo que me hizo la eco de la semana 20. Ya sería mala suerte que se hubieran equivocado los tres. Pero oye, lo bueno es que como tanto el Rey Brujo como yo le tenemos bastante alergia al rosa (por algo somos Sus Oscuras Majestades) hemos intentado evitar el rosa-bebé-pastel-lacitos-algodón de azúcar. Alguna prenda de vestir hemos tenido que compar con tonos rosas porque todas las tiendas de ropita para bebé conspiran contra nosotros en ese aspecto, pero bueno... si acaba siendo chico, no será un chico-algodón-de-azúcar, sino un chico sensible en contacto con su lado femenino ;-)

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  3. Qué bueno que no tienes nauseas y que Teresita te obliga a comer sano. Lo de dormir es muy común. La difunta Princesa Diana se dormía en público cuando estaba en espera del Duque de Cambridge. Yo conocí un caso de niña-que despues-salió-macho, pero es que el bandido se ponía de nalgas cada vez que le hacían una ecografía. Si Teresita está de frente no hay manera de confundirse.

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