domingo, 2 de febrero de 2014

¿Embarazada? ¿Y qué vas a hacer con tus mascotas?


Pues lo mismo que hago siempre: quererlas, cuidarlas y protegerlas.
Este tema me resulta cabreante. Lo hubiera incluido en las 10 cosas que no deberías decirle a una mujer embarazada, de no ser porque creí que merecía una entrada aparte. Todas las personas que tenemos mascotas debemos soportar que nos miren con una mueca de extrañeza, superioridad o desprecio cuando nos quedamos embarazadas y optamos por seguir manteniendo a nuestros fieles amigos en casa.
¿Perros? ¡Estás loca, le cogerán celos al bebé e intentarán matarlo! ¿Gatos? ¡Estás loca, puede asfixiar al bebé o arañarle, y transmiten la toxoplasmosis! ¿¿Ratas?? ¡¡Estás loca, las ratas son animales sucios que transmiten la Peste y morderán al bebé!!
La última es la que me ha tocado a mí, pero tengo amigas con gatos y perros que también se han tenido que oír las anteriores.
Bien, en primer lugar, ciertas puntualizaciones sobre las mascotas:

-Los perros no son agresivos ni celosos por naturaleza. Su comportamiento depende del amo que los eduque. Un perro bien educado entiende que el bebé es la cría de sus amos y muchas veces se toma como una misión personal proteger al recién nacido y hacer guardia junto a su cuna. Además, los perros bien educados y de buen carácter soportan con paciencia los juegos de los niños porque entienden que son cachorros y están jugando con ellos.

-Los gatos, por lo general, tienden a huir de bebé juguetón, no a hacerle daño. Y respecto a la toxoplasmosis, para que la embarazada no se contagie basta con tomar unas precauciones elementales, como no alimentar al gato con carne cruda, no dejarle salir a la calle y que otra persona se encargue de recoger las heces y limpiar el esquinero.

-Las ratas, al contrario de lo que mucha gente piensa, no nacen siendo portadoras de la plaga. Son exactamente iguales al resto de los mamíferos, es decir, para transmitir un parásito o una enfermedad a los seres humanos tienen que contraerlos ellas primero. Y no es lo mismo una rata doméstica, nacida en cautividad y acostumbrada al ser humano, que una rata de alcantarilla, del mismo modo que no es lo mismo comprar un gato en la tienda de animales de la esquina que recogerlo en la calle. Eso al margen de que las ratas (a diferencia de perros y gatos, dicho sea de paso) no son depredadores sino presas naturales, y por lo tanto si sienten miedo o recelo su reacción natural es huir y esconderse, no morder ni atacar.

Dejando al margen las consideraciones específicas de cada animal, hablemos en términos más generales:

-Es de sentido común no dejar al bebé con la/s mascota/s sin supervisión. No sólo por el bien de bebé sino por el bien de las mascotas, ya que ambos, en un intento de jugar o conocerse mejor, puede hacer daño accidentalmente al otro. En este sentido, creo que salen peor paradas las mascotas, porque los bebés tienen muy pocos miramientos en agarrarlas, tirarles de los pelos, las orejas o el rabo, o pegarles manotazos. Las madres con mascotas no somos ningunas irresponsables y sabemos que no debemos dejar a los niños y a los animales juntos sin ser vigilados.

-Por supuesto, también sabemos que los recién nacidos no deben tocar a los animales ni recibir lametones, y en el caso de que eso ocurra de manera accidental, hay que lavar bien las manos o la cara del bebé con agua y jabón, del mismo modo que nosotras nos lavamos bien después de tocar a la mascota. Esta norma de higiene es, creo yo, fundamental, y rige para todo el mundo, tenga o no tenga hijos.

-Los propietarios responsables de mascotas cuidamos de su salud y las llevamos al veterinario. Mis ratas estás sanas, desparasitadas, les hago una revisión rutinaria casa 6 meses y si se ponen enfermas las llevo en seguida al centro de salud. Además, las enfermedades normales que puede tener una rata doméstica no son contagiosas para mí ni para mi bebé; tumores, micoplasma o infecciones de orina no son transmisibles a los humanos. Aprovecho para decir que las ratas, a diferencia de otros mamiferos, no transmiten la toxoplasmosis ni la rabia.

-La convivencia con una mascota sana y educada tiene múltiples beneficios para los bebés: Desarrollo de la empatía, (aprenden que los animales son seres vivos que sienten y sufren), pérdida de la timidez (relacionarse con las mascotas les ayudará en el futuro a relacionarse con sus semejantes), desarrollo de la responsabilidad (aprende desde pequeño que las mascotas son seres dependientes que necesitan que se hagan cargo de ellas), reducción de los celos en caso de que llegue un hermanito (ya están acostumbrados a que los padres repartan su tiempo y su cariño entre él y la mascota), mejoría de la salud y refuerzo del sistema inmunitario, previniendo la aparición de problemas como asma o alergias.

Personalmente, y teniendo en cuenta que con unas mínimas precauciones de vigilancia e higiene evitamos los posibles inconvenientes, creo que son mucho más útiles los beneficios que las mascotas producen en la salud y el carácter del bebé y de los padres. También creo que, si queremos tener hijos responsables, empáticos y comprometidos con la naturaleza y el medio ambiente, es importante enseñarles con nuestros actos desde pequeñitos que los animales tienen sentimientos y merecen respeto y atención, en lugar de tratarlos como objetos decorativos deshechables a los que podemos echar de casa en cuando empiezan a ser incómodos, ignorando sus necesidades y su sufirmiento.

6 comentarios:

  1. Es cierto, es mas posible que un niño le haga daño a un a mascota que lo contrario. Tengo una hija adoptiva que su primer bebé dormía con el gato ¡En la cuna! Pero los ginecólogos son obsesivos con la toxoplasmosis. Yo conocí tantas mujeres que regalaban sus gatos apenas salían en estado porque el médico las obligaba. Y yo misma en mi época fertil se me pasó por la cabeza ese dilema. ¿Me preño o me quedo con los gatos?
    Me alegro que en tu caso triunfe la sensatez.

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  2. Es normal que se tomen ciertas precauciones elementales con la toxoplasmosis, porque es una enfermedad que puede afectar al feto. Pero hay que tomar precauciones razonables; no comer verduras sin lavar ni carnes poco hechas, y si tocas animales o tierra, lavarte bien las manos después. En el caso de los gatos, no es necesario echarlos de casa; de hecho lo normal es que si un gato nunca ha salido de casa y no come cosas crudas, no tenga la toxoplasmosis. Me sabe fatal la cantidad de animalitos fieles y sanos que habrán sido separados de sus familias por culpa de la ignorancia y el extremismo de la gente :-(
    Ahora bien, debo decir que lo del bebé durmiendo con el gato en la cuna me parece una imprudencia. No porque el gato le haga nada malo al bebé, sino porque puede ensuciar la cuna (recordemos que los gatos se limpian con la lengua lamiéndose el ano, los genitales y todo el cuerpo de paso) y el bebé se puede asfixiar accidentalmente con él (es por ese mismo motivo por el que recomiendan no poner almohadas, cojines ni peluches en la cuna cuando el niño duerme dentro).

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  3. Sin embargo (y como tú no aconsejo que los gatos duerman en cunas), el bebé, hoy un hombrecito de 17 años es sanísimo (el gato en cambio, ya pasó a mejor vida). Yo creo que a su Angel de La Guarda le gustaban los gatos

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  4. Jajaja, pobre gatito. Es normal que el muchacho esté sanísimo: está bien inmunizado contra bacterias, alergias y asma desde chiquitín ;-)

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  5. Antes que nada, ¡enhorabuenísisima por tu embarazo!

    Mis padres tenían un perro grande, enorme, cuando nací yo y aunque todos decía que a dónde iban con bebé y perrazo (era un Shnauzer gigante), que si se podía encelar, que si eran perros muy brutos, que si podía hacerme daño... en cuanto me vio, se me declaró Guardián Absoluto.
    Me vigilaba, avisaba si lloraba y se apoyaba en el carrito apenas a dos patas cuando dormía. Y por las noches, se quedaba debajo de la ventana. Yo no recuerdo más que cosas bonitas con mi Ray, que se dejaba hacer de todo, desde montarlo a caballito a tirarle de las orejas. Y me enseñó muchísimas cosas, ayudó (o eso tengo entendido) como casi todas las mascotas a que mi sistema inmunológico se fortaleciera y fue un compañero más que fiel.
    Pero era un perro bien educado y noble, como todos los que tienen unos dueños decentes. Mi hermano, que vino diez años más tarde que yo, no llegó a conocerlo y es una látima tremenda. Yo creo que todos los niños deberían criarse con una mascota. Enseñan mucho, dan mucho y piden poco.

    Fdo, peleada con Blogger. Espero que este comentario llegue a publicarse.

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    1. ¡Qué historia tan bonita! Me encanta. Como dijo en cierta ocasión Arturo Pérez-Reverte, un buen perro vale más que muchas personas :-)

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